El recorrido que se hace cada día para dar de comer a los animales y ver su estado de salud, instalaciones, etc nos sorprendió ayer al llegar al hábitat de los muflones. Esta instalación cuenta con una pareja adulta y su cría de este año, los muflones (Ovis orientalis musimon) son animales que fueron introducidos en España hace ya unos años, pertenecen a la familia de los bóvidos como las vacas o las cabras.
Cuando llegamos, el pequeño muflón de 6 meses llamado Endel estaba tumbado sin moverse al lado de la valla. Muchos pensamientos nos vinieron a la cabeza, comenzando por el más lógico viendo su estado; el macho adulto le había dado.
Endel, el primero, con sus padres a principios de verano |
Entramos para comprobar de primera mano su estado. Endel nunca se había dejado tocar pero en esta ocasión no solo no se movió cuando nos acercamos, sino que lo pudimos manipular sin ninguna resistencia (esto indicaba que algo iba bastante mal). Lo bajamos a la clínica y se comprobó que no tenía nada roto, estaba temblando y con todo el pelaje empapado. Conclusión a la que llegamos: el macho adulto no le dejó entrar por la noche a la zona cubierta y se ha pasado todo el rato a la intemperie con la lluvia y el frío cogiendo una hipotermia.
Una vez en la clínica lo colocamos sobre una lona rodeado de un par de radiadores y comenzamos a secarlo con toallas, el animal casi ni respondía. Cuando hicimos todo lo que estuvo en nuestra mano, lo dejamos tranquilo y continuamos con la rutina.
Recien metido en la clínica |
A medio día volvimos a verlo y nos alegramos de comprobar que se había movido él solo para alejarse un poco de los radiadores, ya no estaba totalmente tumbado sino en posición de esfinge (si es que un muflón pudiese conseguirla) y con la cabeza levantada. Yo me quedé a comer junto a él, al principio se veía que no terminaba de estar cómodo pero a los pocos minutos ya estaba relajado si yo no hacia movimientos bruscos. Cuando acabe de comer y sin tener total confianza (sigue sin ser un animal acostumbrado al ser humano), dormí mini-siestas de 3/5 minutos, me hizo gracia ver que cada vez que me despertaba sobresaltada, él también estaba dormido echándose sus siestas. Al rato me marché a continuar con lo mio.
frente a frente |
Una vez ya entrada la tarde, nos acercamos nuevamente para comprobar que todo iba bien. Y en efecto, para demostrarlo Endel nos enseñó como podía ponerse de pie el solito.
Al final del día Endel mejoró mucho |
Por la noche lo dejamos en la clínica aunque en poco esperamos poder verlo recuperado y corriendo en el exterior.
En este mismo día continuamos con los avances en psistácidas, el loro del amazonas de frente amarilla (Amazona oratrix) llamado Thot y el ecletus (Eclectus roratus) llamado Salomón. Ambos han sido víctimas del capricho humano, "que divertido es comprarse un loro", pero no se paran a pensar que los gritos que pegan pueden llegar a ser insoportables. En su instalación conviven con galápago leproso y tortugas de Florida (otras invasoras).
Isaac dando de comer a Salomón y Thot |
Salomón va cogiendo poco a poco confianza y toma sus frutas favoritas de nuestra mano. En cambio Thot ya es todo un veterano que también las coge y nos silba.
Y con esto acabo otra entrada que espero que os haya gustado.
PD: podéis comentar, que todavía no muerdo...